En un niño, la diferencia de longitud de las piernas ya era perceptible en la infancia, que inicialmente podía compensarse bien con calzado adaptado. A la edad de 12 años, la pierna derecha era 7 cm más corta y había además una deformidad en valgo (rodilla en cuña), por lo que cada vez era más incapaz de soportar los zapatos modificados.
Niño de 12 años con acortamiento y rodillas de chorlito
Acortamiento de 7 cm del muslo derecho
Alargamiento continuo del muslo derecho con clavo de distracción intramedular
Durante la primera fase del tratamiento, se corrigió la deformidad en valgo y, a pesar de que el cartílago de crecimiento seguía abierto, se introdujo un clavo de distracción intramedular en el fémur a través de la articulación de la rodilla mediante una técnica mínimamente invasiva. La diferencia de longitud de las piernas se corrigió por completo.
Al final del crecimiento, se llevó a cabo una segunda etapa de alargamiento de la misma manera a la edad de 16 años, cortando de nuevo el hueso a través de una incisión cutánea de 6 mm, sustituyendo el clavo de distracción intramedular, y la diferencia de longitud de la pierna restante se corrigió gradualmente. El objetivo del tratamiento se alcanzó sin complicaciones según la planificación, y los costes del tratamiento fueron cubiertos por el seguro médico público.
Vista final
Ambas piernas, rectas y de igual longitud